Ser Padre... de Javiera Salas Donoso

Todo empieza cuando, con un chupete en la boca, te dicen que vas a ser padre. Desde ahí, y sin darme cuenta muy claramente uno empieza a formarse la idea, a racionalizar y a notar que esa guata que crece día a día en tu señora…es tu hijo(a).

De ahí, vienen las ecografías, en donde por primera vez escuchas a esa personita que tanto esperas. Digo solo escuchas, porque al menos esa vez era tan chiquitita que no se distinguía mucho, era como un porotito… ahí nació nuestra querida “Pioja Chica”.

Al pasar los meses, esa pequeña guatita que era, fue creciendo, hasta que un día la vi y sentí moverse por primera vez…fue increíble !!!. Hay quienes dicen que realmente se asimila esto, algunos días después de nacer tu hijo, pero para mi, fue en ese momento… me vino como una risa nerviosa y me quede para adentro pensando. Pensando lo lindo que venía desde ahí en adelante.

Luego vinieron mas oportunidades de verla, mas ecografías, pequeñas fotos, mas patadas y pequeñas cosas que nos iban diciendo que estaba todo bien. Me acuerdo de una vez en que le sentimos su manito haciendo fuerza en la guata de la Isa, sentíamos sus nudillos presionando para arriba. Fue notable.

Y ya el periodo final fue de mucha ansiedad, lo único que queríamos era que ella saliera. No le teníamos un nombre seguro, queríamos verle su carita primero, tenerla en nuestros brazos y sentirla, ahí seria cuando decidiríamos el nombre de esa personita que alegraría nuestra casa, y la llenaría de esos alegres llantos que llenan de emoción y ternura hasta al más duro de los hombres.

Y así fue, como un día, cerca de las 3 de la mañana vimos esa carita y decidimos llamarla Javiera, por lo linda que era y Eliana por sus preciosos y largos deditos que nos mostraba.

Es difícil describir ese momento, todas las cosas que pasan por la mente, ver como tu señora te da la prueba de amor más grande que pueda darte, que es la de traer al mundo a tu hijo. Ósea también es de ella, es nuestro hijo, pero que has hecho tu para eso…nada…ella es quien lo lleva por meses, ella es quien lo pasa “malito” en el parto y ella es quien deberá alimentarla por varios meses y preocuparse de ella por años…que hace uno?? Apoyar, ayudar en lo que pueda y cuando estás en la casa; el resto del tiempo sabes que es una enorme carga de trabajo para ella y a pesar de todo eso…estás feliz, estamos felices, muy felices.


Duermes menos, descansas cuando puedes, pierdes “tu” tiempo para dárselo a ella, vives en torno a ella y en torno de todos los procesos necesarios para que ella esté bien. Y cuando termina el día, después de la ultima papa ( o ya es la primera del día siguiente??), miras a tu señora (que es clarísimo que está cansada) la abrazas, nos abrazamos y estamos felices. Con una emoción que casi cae de los ojos, por el solo hecho de saber que en la pieza de al lado está durmiendo nuestra hija, Javiera Eliana Salas Donoso. Y con esa sensación, duermes… aunque sea por 2 o 3 horas…duermes feliz y tranquilo.


Gordita… muchas gracias por todo.

Por asi acaso... si se preguntan que fue del padre del hijo que se convertiria en padre... bueno ahora es un abuelo chocho !!!